martes, 8 de mayo de 2007



El gobierno del señor Lagos se caracterizó por la construcción de autopistas urbanas. Estas, evidentemente, incentivan el uso del automóvil. Se calcula que un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero son producidas por este tipo de transporte.
Las autopistas urbanas en Santiago han ocasionado un daño irreversible al tejido urbano y han generado un notable incremento en el uso del automóvil particular. En el último tiempo, tal como lo habían advertido las organizaciones ecologistas, algunas de estas nuevas vías también han colapsado, ante el aumento del número de viajes en automóvil.
Las autopistas urbanas están íntimamente vinculadas con la expansión urbana, pues los nuevos proyectos inmobiliarios prometen conexión expedita en automóvil con los distintos puntos de la ciudad a través de ellas. Así, el negocio de la especulación inmobiliaria y el de las autopistas concesionadas se retroalimentan, generando grandes ganancias para las empresas involucradas. Al mismo tiempo, estos negocios generan un gran deterioro en el medio ambiente local y global.

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